jueves, 13 de noviembre de 2008

Las prácticas políticas en Argenitina 1862-1890

En relacion a la cuestión de las formas de organización y acción política en la Argentina durante el periodo transcurrido entre 1862 y 1890, la lectura de la bibliografía seleccionada aporta diferentes miradas acerca de la misma. Las diferencias se hallan tanto al nivel interpretativo y conceptual, como en los aspectos de la cuestión en la que los diferentes trabajos centran su análisis. La idea del presente trabajo es realizar un análisis de los diferentes aspectos de la cuestión tratados por los autores tomando en cuenta las posiciones encontradas, o las coincidencias, cuando diferentes autores se refieren a un mismo tema, así como las especificidades aportadas por algunos de los autores a la la cuestión.

Los Partidos políticos – características (1860-1880)

El carácter de las agrupaciones políticas surgidas durante el periodo en Buenos Aires - el Partido Nacionalista liderado por Mitre y el Partido Autonomista liderado por Alsina, ambos producto de la escisión del Partido Liberal- es uno de los puntos acerca de los cuales giran las argumentaciones de diferentes autores. En la visión de Romero “ En el periodo comprendido entre 1862 y 1880, la dirección del país permaneció en manos del grupo liberal, sin que influencias extrañas llegaran a modificar su concepción política (...) se propusieron llevar a cabo el vasto programa que había sido preparado en los años de dictadura (...) llevaron al triunfo los ideales fielmente arraigados en su animo: el de la afirmación de la unidad nacional y el de la afirmación de la política de principios” [1]. Agregando que las diferencias internas y los conflictos del periodo son solo atribuibles a meras diferencias entre personas o grupos, que no sino variantes del “ viejo liberalismo de la proscripción” [2]. Sin embargo, otros autores realizan un análisis diferente de la situación sosteniendo una visión más conflictiva cerca de la relacion entre los dos grupos políticos, aunque no coinciden en el diagnostico acerca de los, motivos que dan lugar a dicha conflictividad. En el análisis de Puigross las diferencias entre los partidos residían en las diferentes posiciones acerca de los derechos de la Provincia de Buenos Aires sobre el puerto único y en consecuencia sobre las provincias atribuyéndole al Partido Autonomista la representación de la burguesía terrateniente bonaerense[3]. En contrapartida Chiaramonte acentúa el carácter faccioso de ambos partidos sosteniendo que en realidad una “ Mera disputa del poder, por motivos de prestigio personal y usufructo material del mismo”[4] era lo que lo dinamizaba el conflicto. No obstante los dos autores coinciden al afirmar en el carácter pre-moderno de los partidos políticos, aunque por diferentes motivos: Mientras que para Puigross “ Los partidos políticos propios del orden social capitalista, con las modalidades especificas del capitalismo en un país cuyo auto desarrollo se vio deformado por la interferencia del capital extranjero, no se delinearon en la Argentina hasta después de la revolución del 90”[5], para Chiaramonte “ El sistema de partidos políticos modernos (...) excedía las condiciones de la sociedad argentina de la época; y, ademas las diferencias de la burguesia no eran, a comienzos del periodo, lo suficientemente fuertes como para sostener fuerzas políticas distintas (...)”[6]. Según halperin luego de la escisión liberal la vida política de buenos aires “ Seria cada vez mas protagonizada por dos maquinas electorales (...) cuyas razones de rivalidad interesan sobre todo a ellas mismas y a quienes las dirigen y usufructúan sus victorias”[7]. Y aunque reconoce que, en un principio, las diferencias entre los dos grupos giraron en torno a la nacionalización de Buenos Aires, sostiene que luego éste perdió centralidad dando lugar a un enfrentamiento de tipo faccioso.
Es en este periodo donde va tomando forma a nivel nacional la liga del interior, ámbito donde los sectores influyentes del interior, operaron políticamente junto al Alsinismo logrando desplazar del centro de la escena política al sector mitrista, y llevando a la presidencia a Sarmiento y, mas tarde, a Avellaneda.


Estructuras partidarias, elecciones y otras formas de practicas políticas

Es a partir de este punto que el trabajo de H. Sabato analiza la vida política del periodo en Buenos Aires. Si en el análisis de Halperin la misma queda limitada a una lucha entre aparatos políticos en el marco de los comicios, la propuesta de la autora es analizar de que manera funcionaban los mismos, como era su estructura material, quienes participaban de la misma y en los actos comiciales; y cual era el papel de la opinión publica. En este sentido arriba a la conclusión de que “ Los partidos políticos se decían Partidos de principios alejados del personalismo que identificaba las facciones (...)Mientras los partidos se movían en ese plano que los mantenía teóricamente por encima de la lucha por las candidaturas, en su propio seno operaba una institución que desplegaba su actividad precisamente en ese terreno: el club político”[8]
Estos clubes a pesar de originarse como organizaciones electorales constituían formas de agregación más permanentes que traducían alineamientos diversos dentro de los propios partidos. “Así cuando se produjo la escisión interna más duradera y profunda dentro del partido de la libertad. Esta comenzó con la formación de clubes antagónicos”[9]
Esto se ve con claridad en el seguimiento del grupo de políticos, realizado por Barba[10], que luego de conformar distintos clubes políticos ( “Igualdad”, “25 de Mayo”) dentro del Alsinismo culminaron formando el Partido Republicano. En este punto es interesante retomar el análisis acerca no ya del aspecto organizativo de los partidos si, no del carácter de los mismos en virtud del lugar que le asignan a este grupo disidente del alsinismo algunos de los autores. En su trabajo Barba analiza el surgimiento desarrollo y fracaso de un proyecto materializado en el “Partido Republicano, formado por un grupo progresista perteneciente a la burguesía bonaerense, desglosado del autonomismo, que en su postura se puso en contradicción con los componentes de su partido originario, los poderosos estancieros de Buenos Aires”[11], en este sentido el autor atribuye un carácter de clase determinado de clase al Partido autonomista – Como también sostiene Puigross según se vio mas arriba-, por otra parte sostiene que“ (...) es en la segunda mitad de 1878 cuando podemos afirmar, que se produce la frustración del grupo democrático y reformista que había actuado bajo un mismo plan político, absorbido por las antiguas fuerzas políticas (...)”. En cambio, Chiaramonte difiere en su análisis, su diferencia proviene del carácter faccioso que le atribuye a la política de la época, que son a su vez reflejo del desarrollo de las fuerzas sociales. Al referirse a la cuestión argumenta que “ el desarrollo del grupo fundador del partido republicano revela, por su fracaso final, la debilidad de las fuerzas sociales que podían haber llevado a constituir un partido político orgánico”.[12]
En lo referido a la naturaleza de las elecciones, siguiendo el análisis de Sabato, las mismas cumplían un rol legitimador. El voto era ejercido colectivamente y participaba una ínfima porción de los sectores subalternos en carácter de miembros subordinados de una maquinaria electoral que dirimía los conflictos político facciosos dentro de la elite dominante. A través de la movilización de estos contingentes de votantes, el control de los padrones, distintas formas de fraude, y el ejercicio de cierta dosis de violencia las facciones en pugna se disputaban los cargos. De esta manera la escasa participación electoral no debe suponer una apatía política de la población de hecho la misma genero distintos medios de intervención política para canalizar sus inquietudes y reclamos frente al estado. En este sentido destaca la proliferación de las actividades asociativas.
Las distintas organizaciones asociativas se caracterizaban por estar conformadas por individuos formalmente iguales entre sí que establecían vínculos contractuales en pos de un objetivo compartido, las mismas eran consideradas por el Estado como interlocutores validos en él dialogo político y podían estar basadas en afinidades d carácter étnico o de ocupación[13]. Estas asociaciones eran también generadoras de otra forma de intervención política para la cual la población era materia dispuesta: las movilizaciones. Las mismas eran una forma de manifestar opinión, presionar por sus intereses o expresar el rechazo o adhesión a una causa. En esta primera etapa no tienen un carácter disidente frente a la autoridad y se realizan por lo general en un clima “civilizado” en un contraste con las practicas electorales que no pasa desapercibido por los contemporáneos, pero, por otro lado, estas manifestaciones no dejan de expresar cierta tensión social mediante la presión el rechazo y cierta resistencia a determinadas políticas estatales.
Es un análisis parecido pero referido a las características del sistema político Santafesino llevado adelante por Cragnolino llega a conclusiones similares. Partiendo del estudio de las formas en que se institucionalizaron los mecanismos que garantizaban a los sectores de poder el dominio efectivo del mismo, la construcción de un aparato estatal cada vez más complejo que les permitió establecer su legitimidad y les aseguró cierto consenso a traves de formas electorales. En este contexto la maquinaria electoral, basada en el fraude, el control del empadronamiento, y el ejercicio de la violencia en el acto electoral y el clientelismo generaron una actitud abstencionista de la oposición estrechamente vinculada con las características del acto electoral. Según la autora después de Caseros, dos facciones políticas, autonomistas y liberales se disputan el poder en la provincia resultando demasiado pretencioso calificar como partidos políticos a estas agrupaciones que se reunían en torno a personalidades fuertes, y en las cuales los vínculos de poder representan un papel importante[14] . Estas facciones estaban organizadas, como describió sabato para el caso de Buenos Aires, en clubes políticos. Pero en el caso santafesino Cragnolino destaca su carácter meramente eleccionario y faccioso, así como la presencia de Personajes que ocupan simultáneamente las principales funciones gubernativas. Concentración de poder que tiene como objeto el control político y social. A partir del estudio de la legislación y practicas electorales de los sectores incorporados tradicionalmente a la política Cragnolino detecta otras formas no electorales de participación política, concluyendo que “es en el nivel municipal donde aparecen las diferencias más significativas sobre la cuestión electoral y el ejercicio del poder político ( aquí) la participación de los extranjeros en esta instancia altera los mecanismos electorales y las formas de gobierno” [15], sostiene la autora. Es en este ámbito donde el “funcionamiento de asambleas que proclaman candidatos, remueven los miembros de los consejos municipales, dictan sus reglamentos, hasta la gran profusión (...) de petitorios, notas al poder ejecutivo provincial, entrevistas, pedidos y reclamos, podemos constatar una activa vida política en esta sociedad rural que se esta construyendo” [16]. En este sentido para la autora “la cuestión del poder aparece como la forma de presión, de disputa o de lucha, en el espacio local sin que ello implique teorizacion sobre el mismo”[17]

Los cambios a partir de 1880

A partir de 1880, luego de la federalización de Buenos Aires, las practicas políticas experimenta un cambio en relacion con el periodo anterior. El poder del estado nacional; finalmente unificado luego de la derrota de Buenos Aires, se convirtió en el centro de la vida política Nacional, y fue hegemonizado por el Partido Autonomista Nacional, que, si, según Romero; hasta la presidencia de Avellaneda fue una variante del viejo liberalismo de la proscripción,“muy otra cosa debía ser luego, cuando se convirtiera en el resorte de mecanismo político dirigido desde la casa de gobierno, destinado a asegurar a la aristocracia transformada en oligarquía el beneficio de los privilegios que la ola de enriquecimiento traía a quienes monopolizaban el poder”[18]: Halperin en un sentido similar refiere a las opiniones de ciertos intelectuales de la época que vienen en suma a denunciar la “independencia de la clase política que ha unido su destino al del Estado, ha ganado gracias a la fuerza militar y la manipulación de las instituciones representativas frente al resto de las elites argentinas”[19] En el análisis de Puigross “ La paz política reino durante la presidencia de Roca (...) las dos grandes fuerzas que polarizaron la política argentina (...) se debilitaron y descompusieron ante el empuje del partido único, el partido oficial, que dirigía Roca desde la casa de gobierno.” Al que define como “el partido de los gobernadores, convertidos en piezas de ajedrez manejadas hábilmente por el jefe de estado”[20]. Los acontecimientos de 1880 significaron el acta de defunción de los partidos políticos existentes entre 1860 y 1880 y si Roca y Juárez celman pudieron enterrarlos fue – en el análisis de Puigross- “gracias a los cambios sociales que se produjeron en las bases internas de desarrollo”, Pero agrega que “tanto la política de enajenación de las riquezas nacionales y de enriquecimiento de una minoría oligárquica (...) tenían que engendrar los elementos de su propia negación”[21]. A lo que alude Puigross, en base a conceptos dialéctico-materialistas, es al surgimiento de la Union Cívica y la revolución de 1890.
Acerca del hecho de que, aproximadamente a partir de 1880, Emerge un nuevo cúmulo de practicas políticas parece haber un acuerdo entre los autores. El trabajo de N. Botana centra su análisis en el estudio del funcionamiento del mismo, intentando comprender la “manera como los actores implantaron un principio de legitimidad, pusieron en marcha un sistema de dominación, lo conservaron, lo defendieron y hasta lo reformaron”[22] definiendo a este como un “fenómeno de control (que) circuló por los vericuetos del sistema federal, se concentro, sobre todo, en la producción del sufragio mediante el fraude y resistió a pie firme la impugnación revolucionaria de la década del noventa”, manteniéndose vigente hasta la segunda mitad de la primera década del siglo XX. Este régimen político se centro en el control de la sucesión presidencial mediante un mecanismo político en el cual el poder electoral residía en los recursos coercitivos o económicos de los gobiernos y no en el soberano que lo delega de abajo hacia arriba[23]. En este sentido el papel de las juntas electorales es determinante como forma de mediatizar la soberanía popular y a la vez implicaron un “propósito de control que se engarzaba con negociaciones que tenían lugar fuera del recinto, (...) la peculiaridad del método electoral adoptado otorgaba a las provincias y los gobernadores un peso político que seria ilusorio desconocer: a traves de los bloques de electores las provincias protagonizaban el momento decisivo en el que se jugaba el destino del poder presidencial”[24] y por otra parte él la institución del Senado Nacional “pensado como un eficaz vehículo de comunicación, cuyo propósito basico consisitia en nacionalizar a los gobernantes locales”[25] [26].
En contraposición con la imagen acerca del orden político de 1880 P. Alonso sostiene que “ El PAN distó de ser una organización con una estructura jerárquica y centralizada (...) la dinámica interna dentro del PAN fue de aguda competencia”, alejándose de nociones tales como la de imposición presidencial sencilla y sistemática sobre las provincias, y agrega: “dicha competencia nos distancia también d interpretaciones más recientes acerca de la supuesta cooperación, circulación o rotación entre miembros de una elite que se cedían mutuamente los cargos electivos dentro de un arreglo pacifico, y nos provee de un contexto político donde asentar los rasgos institucionales de un régimen, analizado en el clásico trabajo de Natalio Botana”[27]. En su análisis intenta comprender la política nacional a través de la dinámica interna del PAN, sosteniendo que este enfoque “permite arrojar mayor luz sobre una serie de temáticas: i) los resgos de la política intrapartidaria del partido unico, ii) el enlace entre la política nacional y la de las catorce provincias, y iii) los instrumentos utilizados por el presidente en dicho enlace.”[28] En este sentido sostiene que el funcionamiento del mismo se daba a través de campañas sigilosas y secretas en la que por medio del trato personal y la correspondencia privada se formaban pactos de adhesión mutua entre los que controlaban o decían controlar las políticas provinciales y los pretendientes al cargo de presidente. Estos pactos de adhesión se conocían como ligas. La ausencia de reglas explicitas fue, según la autora, lo que acentuó la rivalidad de las ligas y el carácter faccioso de las mismas; agregando que: “ En la competencia que se desarrollo dentro del PAN, el presidente demostro tenesr algunops objetivos principales, El primero y fundamental fue el de mantener unido al partido a pesar de sus rivalidades internas y evitar que las elecciones presidenciales de 1886 resultase en una competencia abierta y feroz entre fuerzas equilibradas”[29]
La coyuntura político económica de 1890 significó que afloraran los conflictos, La fundación de la Unión cívica, como frente político de oposición al régimen significó el principio de un quiebre, mas bien una fisura, en el mismo que daría comienzo a un lento proceso que llevaría a una reforma política. Según Alonso “La Unión Cívica se fundo en uno de los momentos más críticos en la historia del PAN, cuando este se hallaba dividido (...) y cuando los años de crecimiento económico dejaban lugar a la más dura crisis que el país experimentaría a finales de siglo, (...), fue fundada como un frente detrás del cual se planteo una revolución para derrocar al gobierno. Formada por una coalición de partidos, no estaba destinada a sobrevivir una vez cumplidos sus objetivos”. La Unión Cívica agrupó la mayoría los sectores opuestos al gobierno, desde los sectores que habían impulsado el intento reformador del Partido Republicano[30], hasta los sectores de la elite política que habían sido dejados de lado luego de 1880, como el mitrismo, que pretendían que se les permitiera el acceso al juego político. Si bien la revolución resultó en el derrocamiento de Juárez Celman, el régimen siguió funcionando a pesar de los sectores que propugnaban una reforma política más radical. Estos mas tarde se escindieron de la Unión Cívica dando lugar a la creación de un nuevo partido que adoptaría practicas políticas diferentes hasta el momento, pero su análisis excede el marco temporal del presente trabajo.















[1] José Luis Romero: Las ideas políticas en Argentina. Hay varias ediciones.
[2] José Luis Romero: Op. Cit.
[3] Rodolfo Puiggros: Historia crítica de los partidos políticos argentinos. Argumentos, 1956
[4] José Carlos Chiaramonte: Nacionalismo y liberalismo económicos en la Argentina. Solar/Hachette, 1971.
[5] Rodolfo Puiggros: Op.Cit.
[6] José Carlos Chiaramonte: Op.Cit.
[7] Tulio Halperin Donghi: Una nación para el desierto argentino. CEAL, 1982. Corresponde al prólogo de Proyecto y construcción de una nación. Biblioteca de Ayacucho,1980.
[8] Hilda Sabato: La política en las calles. Entre el voto y la movilización, Buenos Aires, 1862-1880, Sudamericana, 1998. 2a. edición: Univ. de Quilmes, 2004.
[9] Hilda Sabato: Op.Cit.
[10]Fernando Barba: Los autonomistas del 70. CEAL, 1982.

[11] Fernando Barba: Op.Cit
[12] José Carlos Chiaramonte: Op.Cit
[13] Hilda Sabato: Op.Cit.
[14]Silvia Cragnolino: “"Política, facciones y participación política en Santa Fe (1868-1884)" en Anuario 12, segunda época, Escuela de Historia de la Univ. de Rosario, 1986-87.

[15] Silvia Cragnolino: Op. Cit.
[16] Silvia Cragnolino: Op. Cit.
[17] Silvia Cragnolino: Op. Cit.

[18] Jose Luis Romero: Op. Cit.
[19] Tulio Halperin Donghi: Op.Cit.
[20] Rodolfo Puiggros: Op.Cit.
[21] Rodolfo Puiggros: Op.Cit.
[22] Natalio Botana: El orden conservador. Sudamericana, 1977. Segunda edición, 1997.
[23] Natalio Botana: Op. Cit.
[24] Natalio Botana: Op. Cit.
[25] En este sentido el trabajo de G. Paz aporta el análisis de la situación de una familia de la elite Jujeña que gracias a sus“vastas conexiones familiares y en su preeminencia social de antigua familia colonial. Su activa militancia antifederal y su status de perseguidos políticos agregaban un plus de prestigio (...) en el momento del proceso de formación del estado nacional (...) podían ofrecer a la elite provincial su habilidad, conexiones y experiencia política para mediar entre los poderes provinciales y los nacionales”. Coincidiendo con el análisis de Botana acerca de que el senado era “una institución que agrupaba a quienes habiendo concentrado poder y prestigio en una circunstancia provincial volcaban su experiencia y esa capacidad de control en el ámbito nacional” Gustavo Paz: “El gobierno de los ‘conspicuos’: familia y poder en Jujuy, 1853-1875” en Hilda Sabato y Alberto Lettieri (comps.): La vida política en la Argentina del siglo XIX. Armas, votos y voces. FCE, 2003.
[26] Botana Natalio Botana: Op. Cit.
[27]Paula Alonso: “La política y sus laberintos: el Partido Autonomista Nacional entre 1880 y 1886” en Hilda Sabato y Alberto Lettieri (comps.): La vida política en la Argentina del siglo XIX. Armas, votos y voces. FCE, 2003.
[28] Paula Alonso: Op. Cit.
[29] Paula Alonso: Entre la revolución y las urnas. Los orígenes de la Unión Cívica Radical y la política argentina en los años ’90. Sudamericana, 2000.
[30] Fernando Barba: Op. Cit.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bet on Sports in 2xbet Korean - Sports Betting in Korea
Sports Betting in Korea is one of the top sports events in South Korea, with over 100 leagues from all over the world. It is one of the 1xbet promo code most popular leagues in the